Día de las Madres. Como complacer una madre y no quedar como un patán egoísta? I parte.

“En general, las madres y las amas de casa son los únicos trabajadores que nunca tienen días libres. Las madres componen una clase a parte. Una clase sin derecho a vacaciones”


Siendo la hija más menor de una familia de 4 hermanas, puedo decir que me toco presenciar muchos días de las madres en la casa patronal. La familia invariablemente se reunía ese último domingo de mayo, se hacia una comida enorme, se llenaba la casa de regalos, flores, electrodomésticos y chucherías,  en un ambiente muy festivo donde se escuchaba en fondo canciones de  Serrat,  (favorito de mi madre) bajo el barullo de la familia y niños correteando, mientras la casa se convertía en un desfile de gente que llegaba sin invitación previa. Se cocinaba todo el día, se hacía café al menos una docena de veces, se comían en la tarde dulces variados y la batahola y bullaranga seguía hasta las 7 de la noche, empezando desde la mañana.  Es cierto que se pasaba un buen rato, haciendo cuentos, ver gente que no veías en mucho tiempo no solo la familia, sino también vecinos, hermanos de mi madre con sus esposas, hijos y a veces con sus cortejos. Todo para celebrar el día de las madres a la hija mayor del clan de los De la Cruz-Bretón, mi madre, Doña Rhina.

No fue hasta que entre en la adolescencia, que tuve una epifanía, y pude darme cuenta de lo increíblemente cruel que puede llegar a ser el día de “la mujer que te dio la vida”. Solo miraba los regalos hermosos, algunos verdaderamente inútiles, los electrodomésticos, las vajillas finas, los juegos de cubiertos esplendorosos, y las cafeteras de colección que mi madre luce aun en una vitrina. Tuve la revelación un domingo antes de casarme, cuando desperté temprano y vi a mi madre trabajar en la cocina, limpiando, arreglando y cocinando para sus hijas. Estaba levantada desde las 5 de la mañana, afanando con ollas y trastes, con una escoba en medio de la sala, y el piso repleto de agua. Todo lo hacía al mismo tiempo, y malhumorada me dijo: Ayúdame que en un rato llega todo mundo y la casa aun no está de arreglada! Sabes que no me dará tiempo a arreglar todo!  Así que a regañadientes, me puse a sacar el agua, arreglar la sala, trapear el piso, mientras ella seguía en un ir y venir que me lucio desesperante. Como alguien puede hacer tantas cosas al mismo tiempo?

Observe en el transcurso del día, cuan desgraciado puede llegar a ser el día de las madres y cuan indolente podemos llegar a ser los hijos en este “gran día”. Llegaban a casa desde las 9 de la mañana
los vecinos a “felicitar” a mi madre. Ella sonreía agradecida mientras servía un café para los múltiples visitantes inesperados. Suerte que la cafetera era grande!. Llegaban y salían personas, y ella les servía no solo café, sino galletas y bizcochos por tandas, mientras atendía la comida que se cocinaba, y procuraba tener todo arreglado en medio de los visitantes. Luego llegaban mis hermanas, con sus hijos , esposos, y uno que otro amigo, cuando empezaba el alboroto de este día.. Entre regalos y felicitaciones, veía como en la cocina se acumulaban trastos, que ella en un momento trataba de ir fregando, pero siempre llegaba alguien, bebía algo y simplemente  tiraba el vaso en la cocina. Era una tarea de nunca acabar.
 Con la comida era mucho PEOR!! Se ponía la mesa para la familia, pero siempre llegaba unos cuantos “allegados” a felicitar, que por supuesto se unían al festín y acumulaban mas platos y vasos sucios. Cuando llegaba la tarde, la cocina de mi madre parecía un comedor colectivo. Torres de platos, vasos, tazas, ollas, fuentes y restos de comida. Y la gente seguía llegando!!  Más café que preparar, más comida que brindar, más trastos sucios en la cocina. Que pesadilla!
 Ese día me golpeo duro la revelación. Al llegar la noche cuando todos partieron hartos y felices, pensando que feliz hicieron a mi madre, mire con sorpresa a esa mujer, agotada, y mirando el desastre de proporciones épicas que se había convertido su sala y cocina. Sentí vergüenza de ver a  mi madre tan cansada, respirar resignada, ponerse un delantal, y empezar a recoger papeles del piso, vasos dejados en todos los lugares, algunos francamente impensables y con aire derrotado ir recogiendo poco a poco lo que tanto le había costado limpiar en la mañana. Vi a mi padre susurrarle algo al oído, y ella sonreír tristemente, dirigiéndose a la cocina a enfrentar los demonios de toda su vajilla sucia. Mi padre comenzó a recoger la casa en su lugar.

Me dio tanta vergüenza, que a  pesar que odio fregar y ver desorden, al verla tan cansada y desanimada, no pude más que decirle siéntate por favor. Déjame hacer esto por ti, mami…. Mientras mi padre me guiñaba un ojo en complicidad, y el y yo nos repartimos los quehaceres, le sugerimos a mami que se diera un buen baño, y se pusiera a ver algún programa de esos que le gustaban. Vi que agradeció el gesto con una sonrisa nueva, y mientras terminábamos de arreglar todo, vimos como se quedaba dormida en el sillón, con el control remoto en una mano. Estaba exhausta.

 Creo que a partir de ese día, comencé a  tener más respeto por ella. Porque a pesar de su día caótico, agradecía la compañía de sus hijos y nietos, pese al enorme sacrificio de atenderles en el único día,  fuera  de velorios, de enfermedades o accidentes, o catástrofes familiares en  que todos  se reunía sin ningún evento trágico de por medio. El placer de verles a todos, para ella valía este sacrificio.
Quise hacerles esta anécdota, porque sé que hay muchas madres que tienen el mismo día que la mía.  

Sé que muchas que me leen sonreirán y me darán la razón, entonces, porque no hacer ese día diferente? Hagan algo lindo para ella! Si no pueden sacarlas a comer porque finalmente compraron un regalo que vale la pena, les aconsejo que si son una familia numerosa, coordinen en casa de uno de los hijos la reunión, y si no pueden por razones de espacio u otra razón, al menos lleven a la casa de su madre la comida ya preparada, en envases desechables y todo lo que vayan a usar también desechable. Combínense para que ella no tenga ni siquiera que tirar la basura, y planifiquen un menú que no haga tanto desorden. No la dejen cocinar por Dios! Si es necesario, entre todos los hijos pueden darle un sábado de limpieza para que el domingo ella no tenga que hacer nada.
Si son una familia numerosa, repártanse los platillos según sus especialidades, y si no pueden prepararlos, entonces cómprenlos. Aquí un menú sugerido, para ese día especial que bien pueden repartirse entre muchos, o puede también hacerlo pocos. Las medidas dependerán de cuantos son los miembros de la familia. En esta entrega de 2 partes, les sugiero algunos menús que dependerán del presupuesto o y la buena disposición. Estos pueden pre-hacerse el día anterior, cuestión de que todos disfruten su compañía mutua. Aquí va el primer menú Sugerido.


BBQ Familiar

Costillas de cerdo en salsa BBQ
Muslos de pollo al limón y albahaca
Kebab de res estilo libanes  
Salchichas parrilleras
Ensalada fresca
Yuca y guineítos encebollados.
Canasta de casabe, pan francés y panecillos de buffet.
Sangría Especial para los mayores y jugos  para los menores.
Armando tu parrillada
La verdad que no tiene mucha ciencia preparar las carnes para este rico BBQ. El secreto está en el adobo que utilicen. He visto parrilladas donde todo sabe igual, porque le untan la salsa BBQ a todo. Este es diferente y pueden saborear ( y repartirse entre hermanos y familiares) Cada carne con su adobo.

Costillas a la BBQ: Me gusta primero ponerlas el día anterior a sudar bien adobadas con orégano, sal, pimienta y un limón completo cortado en dos. Las puede guardar en la nevera ya sudada, y untadas de salsa BBQ de su preferencia., al otro día solo deben colocarla en la parrilla hasta que se doren, untándoles para que estén tiernas al momento de servir.
Muslos al limón y albahaca: El día anterior, sude los muslos de pollo con todo y la piel, ya que
harán muy buena costra y no permitirá que el pollo quede seco. Súdelos con sal gruesa, jugo de limón, ajo en polvo y pimienta. Guárdelos en la nevera sin líquido para que no se le gelatinice. El adobo que utilizaremos es el siguiente: corte limón en rodajas y exprima el jugo de dos limones aparte. Agregue una cabeza de ajo, que previamente cortó en dos y puso en una sartén con aceite de oliva a suavizar. Exprima los ajos dentro del jugo de limón. Agregue sal, pimienta, aceite de oliva, albahaca seca y albahaca fresca. Al momento de poner en la parrilla, unte con esta mezcla por ambos lados, y decore con una rodaja de limón y una hoja de albahaca fresca.
Kebabs estilo libanes: para esto necesita cortar la res en tiras largas e insertarlas en palitos de brochetas. Si gusta puede ponerles pimientos y cebolla, pero yo prefiero solo de carne, porque queda mucho más tierna y el sabor es espectacular. Luego de que estén todas las tiras insertadas, en un recipiente aparte combine paprika en polvo, cúrcuma en polvo, sal, pimienta, jengibre rallado, ajo rallado, semillas de comino y hojas de menta picaditas. Póngalos en un recipiente y cúbralos con aceite de oliva. Sazone con esta mescla los kebabs y guárdelos en la nevera hasta el momento de su uso. Cuando los ponga en la parrilla, trate de tomar del jugo del marinado para untar con una brocha mientras se cuecen en la parrilla. Les encantara la explosión de sabores de estos kebabs!
Salchichas parrilleras: Puede comprar su marca favorita. Que sean lo primero que ponga en la
parrilla, ya que la gente por experiencia le fascina probar, pues el olor de la parrilla da hambre, y puede solucionar el hambre colectiva con este tentempié, y evitar que se lo coman todo antes de servir la mesa.
Ensalada: Puede preparar la que guste y acompañarla del aderezo
de su preferencia. Sugiero una fresca de lechuga, tomates, pepinos y rabanitos, aliñada con naranjas y limones, cilantro, sal y pimienta y aceite de oliva. Queda súper con los sabores diferentes de las carnes
La yuca y guineítos no tiene ciencia, solo hay que hervirlos y preparar el escabeche de cebolla con sal, limón o vinagre y aceite de canola o de su preferencia. Así como la canasta de Casabe, pan francés y pancitos de buffet. Estos pueden comprarlos en su panadería de preferencia, y colocarlos de manera bonita en una panera o canasta.
Procuren llevar todo en contenedores desechables, vasos plásticos, tenedores y cuchillos desechables y fundas de basura, que distribuirá cerca de la parrilla y del área destinada para comer, así los comensales pueden desechar sus platos y vasos y evitar un reguero innecesario.

La sangría Especial:
Una refrescante bebida que gusta a todos, siempre y cuando esté bien hecha. En mi caso me gusta preparar la base dos días antes, pues me gusta especiada y fuerte.
Ingredientes:
4 astillas de canela + una cucharadita en polvo
Una cucharada de clavos de olor
Una lata de melocotones
Media taza de Azúcar moreno
3 botellas de Vino tinto de su preferencia
Frutas de la estación picadas en cuadros (manzanas, melón, naranjas en rodajas, limones en rodajas, pulpa de chinola*opcional)
Media botella de vodka
1 soda amarga de 20 onzas.
Preparación:
Lo primero es hacer la base: tome la lata de melocotones y píquelos muy bien. Agregue las astillas y el polvo de canela, los clavos y el azúcar moreno. Déjelo reposar por medio día a temperatura ambiente en un recipiente de boca ancha de cristal. Agregue la vodka al recipiente y llévelo a la nevera hasta el otro día. En la mañana, agregue el vino a la base y déjelo reposar hasta una hora antes de servirla, y agregue las frutas picadas frescas, y la botella de soda amarga. Sirva con hielo. Les encantara el sabor de esta sangría! Téngala distribuidas en jarras o una gran coctelera, para que todos puedan servirse de la misma.

En la próxima entrega, les daré dos opciones adicionales para el día de las víctimas, perdón! Día de las madres!! Espero que disfruten mucho, incluyendo a tu mama! J

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