From Montichu’s Kitchen. Cocina de mi madre (Primera parte)



“Así nos separe un estado, un océano o todo un continente nuestros corazones siempre estarán cerca el uno del otro.” Autor desconocido


Mi madre siempre ha sido una mujer que nunca está tranquila y siente que, si no hace algo con las manos, está perdiendo tiempo. Aun recién cumpliendo 84 años contados, ahora dentro de sus hobbies, cultiva suculentas, unas plantas esquivas que la gente le gusta mucho. Se les da fenomenalmente y ahora tiene todo el patio lleno de estanterías con esas plantitas, pues tiene buena mano para sembrar. También para cocinar, siempre y cuando quiera hacerlo, porque si no, lo mejor es dejar que no lo haga y evitar una catástrofe mayor.
Parte de que yo aprendiera a cocinar, es debido a ambas razones: cuando ella quería, no había chef que se le comparara, y cuando no quería, tenía que sobrevivir y hacerme algo de comer sin envenenarme.
Me encantaba cuando llegaba esos días en que estaba de buenas para la cocina. Hacia unos platillos sencillos, pero los exaltaba bajo su mano. El moro de habichuelas negras, no hay nadie en el planeta que lo haga mejor que ella. La sazón que hace para el cerdo asado, es única y nadie ha podido superarla. Sus habichuelas guisadas son una poesía y el cocido que hace no tiene comparación en el mundo. Pero aparte de estas comidas, tenía unos platillos muy de ella, que, aunque los he visto en ocasiones y concursos de esos de este país, nunca los probé de nadie que pudiera acercarse a los de mi madre.
Este fin de semana, tenía todo planeado para cocinar una nueva receta que llevaba varios días por hacer, pero al hablar con ella, todo mi plan cambio, me entró un antojo terrible de sus platos. Me dio un severo ataque de Mamitis aguda… La extrañé un montón y de alguna manera extrapolé esto en la comida. Especialmente del pastelón de harina de maíz. Lo sé, no suena gourmet, y la verdad es un plato baratísimo, pero me dio por quererlo hacer, aunque en casa no son muy adeptos a este platillo.
Pero era una manera de sentir a mi madre presente conmigo, y me doy cuenta cuanta falta me hace verla, me acorde de momentos preciosos cuando me hacia este pastelón en esas ocasiones especiales, ya que siempre se lo pedía. Ella sonreía y decía ¿es que no tienes otro plato que te guste tanto? Yo le decía No Montichu ( este es el nombre cariñoso que le digo en vez de mamá) Pero, aunque tengo varios favoritos, este en particular, solo me lo hacía a mí.  Por eso decidí hacerlo, y ya luego les doy las otras recetas favoritas de mi madre.

Pastel de harina de maíz Montichu’s Style:
Para la masa:
1 lib de Harina de maíz simple (sin pre cocer, la compre marca Mazorca)
2 tabletas de caldo de pollo (en la versión vegetariana, les sugiero usar caldo vegetal)
½ taza de verduras picaditas
½ taza de cebollinos picaditos
½ cebolla picada finamente
1 cucharadita de paprika
1 cucharada de mantequilla
Aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto
Relleno:
11/2 libra de carne de res molida (puede ser pollo o cerdo, la de su preferencia)
1 taza de judías (vainitas) frescas o congeladas
1 taza de zanahoria picada en cuadritos
1 taza de tayotas picadas en cuadritos
1 rama de apio cortado fino
1 cebolla cortada en cuadritos
2 dientes de ajo machacados
2 manojos de acelga cortada en cuadros, hojas y tallos.
1 taza de caldo vegetal
1 lata de tomates en conserva
1 cucharadita de Hierbas italianas
1 cucharadita de paprika
3 cucharaditas de aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto.
1 libra de queso rallado, el de su preferencia (yo use Cheddar y Mozzarella)
Instrucciones
Para la versión vegetariana utilice los vegetales solamente, y para la no vegetariana, solo agregue carne a esta misma mezcla como sigue en ambos casos:
En un sartén de fondo grueso con las 3 cucharadas de aceite de oliva, ponga a sofreír la cebolla hasta que se ponga algo clara y agregue la carne inmediatamente, moviendo constantemente para hasta que cambie su color. Paso siguiente es agregar el caldo y los vegetales excepto la acelga y las vainitas, las cuales agregaremos al final ya que el tiempo de cocción es menor con estos dos ingredientes. Cocinamos todo a fuego alto y probamos de sal y pimienta. La mezcla debe quedar uniforme, no muy seca. Tapamos y ponemos aparte.
Luego de que el relleno esté listo, procedemos con la masa:
En una olla sofreímos con 2 cucharadas de aceite la cebolla, el ajo, los cebollinos y la verdura, por menos de 2 minutos, agregamos las tabletas de caldo de pollo, o caldo de vegetales más 11/2 litro de agua, y agregamos la harina de maíz de golpe, antes que el agua caliente. Removemos constantemente, empezara a hacer algunos grumos, por lo que, si ven esto, agreguen un poco más de agua y sigan moviendo todo el tiempo, con una espátula hasta que comience a hervir, bajamos al mínimo el fuego, y seguimos moviendo hasta probar y que la harina este completamente cocida. Sabremos que ya está a punto, cuando comience a despegarse de los bordes y tenga una consistencia bastante gruesa. Ahí agregamos la mantequilla para suavizarla y darle mas sedosidad. Al llegar a este punto, Voltee la mitad de la mezcla en un molde o en varios si quiere hacerlos individuales, y lleve la otra a fuego lo más bajo posible, siga moviendo para que no se pegue, en lo que pone el relleno en la primera parte, que ya se le habrá hecho una pequeña costra encima. Coloque el relleno, y añada queso de su gusto encima del relleno, y luego voltee la otra parte de la masa encima. Distribúyala en toda la superficie, y luego agregue queso rayado encima. Pode decorar con perejil picado. Este pastel no necesita horno, pero si gusta gratinar el queso puede hacerlo con el horno precalentado y solo 5 minutos. Luego solo debe esperar a que todo se asiente unos 15 minutos. Sírvalo con la ensalada de su preferencia.





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